Garrincha

Garrincha (Manuel Francisco Dos Santos) (1933-1983), jugador brasileño de fútbol, dos veces campeón del mundo con su selección nacional (1958 y 1962). Considerado uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, fue, sin ningún genero de dudas, el que con mayor belleza y efectividad ejercitó las suertes del regate, la finta y el amago.
Nació el 28 de octubre de 1933 en Pau Grande. Era zambo, tenía los pies girados 80 grados hacia adentro y sufrió todo tipo de desgracias durante su infancia.
Eduardo Galeano, en El fútbol a sol y sombra, caricaturizó de la siguiente forma sus inicios: “Alguno de sus hermanos lo bautizó Garrincha, que es el nombre de un pajarito inútil y feo. Cuando empezó a jugar al fútbol los médicos le hicieron la cruz: diagnosticaron que nunca llegará a ser un deportista este anormal, este pobre resto del hambre y de la poliomelitis, burro y cojo, con un cerebro infantil, una columna vertebral hecha una S y las dos piernas torcidas para el mismo lado. Nunca hubo un puntero derecho como él”. Las valoraciones y predicciones médicas que relata el citado escritor uruguayo no se cumplieron.
Fue intervenido quirúrgicamente con la intención de corregir su defecto en las piernas y, aunque los resultados de la operación no fueron satisfactorios, aprendió a jugar al fútbol en la playa e hizo de su defecto una virtud. En efecto, la curvatura de sus piernas le permitió crear un regate imparable: amagaba hacia el interior del campo y se escapaba por la derecha.
En 1948, cuando tenía 14 años de edad, ingresó en el club local de su ciudad natal, el Pau Grande. Allí permaneció hasta 1953, cuando fichó por el equipo a cuya camiseta (en la que siempre portó el número 7) estuvieron asociados los mejores años de su trayectoria, el Botafogo. Con dicha entidad ganó tres ediciones del Campeonato Carioca (1957, 1961 y 1962) y dos del Torneo Río-São Paulo (1962 y 1964).
Mané, nombre por el que también era conocido, jugó posteriormente en el Corinthians (1966-1969), Flamengo (1969-1970), Red Star de París (1971-1972) y Olaria (1972).
No obstante, su fama internacional proviene de sus actuaciones con la selección nacional de Brasil, con la que jugó 60 partidos y marcó 17 goles. Participó con ella en tres fases finales de la Copa del Mundo, las disputadas en Suecia (1958), Chile (1962) e Inglaterra (1966), y se impuso en las dos primeras. En la de Suecia empezó como suplente, al igual que otro joven delantero llamado Pelé, pero tras el empate a cero del segundo encuentro, frente a Inglaterra, los propios jugadores exigieron la titularidad de ambos. La delantera de Brasil pasó a ser una de las mejores de la historia del fútbol: Garrincha, Didí, Vavá, Pelé y Zagalo. En la final (5-2 frente a Suecia), Garrincha y Pelé ofrecieron un recital inolvidable. Cuatro años después, con Pelé lesionado desde el segundo encuentro, Brasil volvió a ganar el Mundial, basándose en el espléndido juego de Garrincha (que, además, marcó cuatro goles) y de Vavá. En el de Inglaterra sólo jugó dos partidos y consiguió un gol.
Garrincha falleció el 20 de enero de 1983, después de haber sufrido problemas de alcoholismo, sumido en la pobreza y el olvido.