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Dvorák Antonín

Antonín Dvorák (1841-1904), compositor checo, uno de los principales compositores europeos del siglo XIX y junto a Bedřich Smetana, la figura más representativa de la escuela nacional checa de composición.
Nació en Nelahozeves, un pequeño pueblo bohemio a 30 kilómetros al norte de Praga, el 8 de septiembre de 1841. De niño aprendió a tocar el violín y, a menudo, entretenía con él a los huéspedes del mesón de su padre Antonin Liehmann que le enseñó piano y órgano. Entre 1857 y 1859 estudió en la academia de órgano de Praga; más tarde se unió a la banda de concierto de Komzák y después formó parte de la orquesta del Teatro Nacional de Praga, entonces Teatro provisional (donde tocó bajo la batuta de Smetana). Su primer éxito lo obtuvo en 1873 con el estreno de la cantata Hymnus (Los herederos de la Montaña Blanca). En 1873 su fama se hizo internacional gracias a la publicación de la primera colección de danzas eslavas. En 1884 visitó por primera vez Gran Bretaña para dirigir su propia música (fue la primera de las nueve veces que visitó este país con tal propósito) y obtuvo un éxito inmediato; durante años, las sinfonías nos. 7 y 8, el Requiem y otras obras corales fueron encargadas para ser estrenadas en Gran Bretaña.
Entre 1892 y 1895, Dvorák fue director del National Conservatory of Music de Nueva York donde había ido invitado por la señora J. Thurber, fundadora de la institución. En Estados Unidos adquirió gran afición por los espirituales negros y la música propia de ese país. Dos de sus obras más famosas, la sinfonía nº 9 (Sinfonía del Nuevo Mundo) y el cuarteto en fa mayor, conocido como Cuarteto americano, las compuso en 1893, durante su estancia en los Estados Unidos; aunque estas obras no contienen temas del momento de la música negra o nativa del país, sí se aprecian melodías afines en estructura y espíritu a las anteriormente citadas. Regresó a Bohemia en 1895 y en 1901 fue nombrado director del conservatorio de Praga.
Sus primeras obras estaban influidas por la música del compositor austriaco Franz Schubert y del alemán Ludwig van Beethoven, y durante su carrera se basó en los trabajos del compositor alemán Richard Wagner, sobre todo en sus óperas, género al que dedicó todas sus energías los últimos años de su vida. No puede dejar de señalarse en sus obras la impronta de Johannes Brahms. También investigó la música folclórica checa y eslovaca y sus obras más maduras reflejan un profundo sentimiento nacionalista. Entre sus alumnos se encuentran los compositores checos Vítèzslav Novák y Josef Suk, yerno de Dvorák.
Sus composiciones incluyen 9 sinfonías (1865-1893), obras para piano (entre ellas la conocida Humoresca de 1894), dos colecciones de danzas eslavas (1878 y 1886), para dos pianos (orquestadas más tarde por el propio compositor), las óperas Vanda (1875), Dmitri (1882), El jacobino (1887-1888), El diablo y Catalina (1888-1889), Rusalka (1901) y Armida (1902-1903) entre otros, varios poemas sinfónicos, música de cámara, oratorios, cantatas, misas, un concierto para piano y otro para violín. El Concierto para violonchelo en si menor opus 104 es una de las obras más espléndidas del repertorio romántico (1895).
Dvorák murió el 1 de mayo de 1904 en Praga; el día de su funeral fue una jornada de luto en toda la región de Bohemia.

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